6.13.2006

10. Hiper tolerancia a la Frustración.

Se despierta poco a poco. Las semanas han pasado y todo sigue igual que antes; el trabajo monótono y aburrido de enviar spam por internet y la asistencia vacía a cátedras que no influyen en su vida. El recuerdo de ella parece ser ahora un simple y mero suspiro de alguna neurona perdida en la parte más lejana de su sistema nervioso, y esa noche ahora ya no es más que un número en el calendario de la agenda que lleva en su mochila, totalmente vírgen.

A veces ya no sabe por qué se siente triste, a veces simplemente se queda mirando las luces vagabundas que le saludan en el techo de su pieza mientras se encuentra recostado en su colchón
tapado solamente con su chaqueta de cuero vieja. Las ve desfilar frente a sus ojos cansados, una tras otra, tras otra, tras otra, tras otra, hasta que lentamente sus párpados se hacen de piedra y poco a poco comienza a perder el sentido, y las luces ya no son sólo eso, son figuras fantásticas. Son dríades y náyades que bailan al son de una melodía inexistente. Son sirenas y tritones que lo invitan al mar, a nadar libremente junto a ellos. Son ángeles y demonios que lo persiguen hasta que el frío lo despierta y lo obliga a taparse, y las luces vuelven a ser solamente eso. Tristes y vacías luces recorriendo la oscuridad del techo, carentes de sentido y propósito... igual que él.

Se rasca la cabeza, se levanta y camina lentamente hacia el espacio que utiliza como baño, que a su vez le sirve como cocina y a veces como comedor. Toma su cepillo de dientes y se los lava prolijamente. Está en eso unos quince minutos hasta que despierta, se enjuaga y se viste. El computador ya ha enviado todos los correos de hoy y suena en el winamp algo de Massive Attack. Abre la caja de plumavit que hace de refrigerador y se da cuenta de que tendrá que conformarse con un cigarrillo nuevamente. Busca por todas partes su "desayuno" para recordar que anoche se fumó el último. Sin cambiar la expresión de la cara decide simplemente olvidar desayunar y partir hacia la universidad.

Hoy por fin le entregarían esa evaluación para la cual se mató estudiando. Si no se sacaba un 5 para arriba realmente se sentiría estafado. Una sonrisa invade involuntariamente su cara cuando la profesora entra.


- Lo siento chicos, las pruebas no se las podré entregar hoy ya que he revisado algunas y solamente tienen el puntaje puesto.- anuncia la regordeta señora- Sin embargo pueden venir a ver su puntaje si lo desean.

Seguro de su alto puntaje, nuestro amigo se para y parte a ver su calificación... ¿¡¿¡¿¡¿¡6/24?!?!?!? ¿Cómo en el universo es eso posible?. Contestó tal cual como dijo la ayudante que había que contestar, puso todo lo que se revisó en la ayudantía preparatoria para la prueba. La total confusión y la decepción terminal se apoderaron de él en ese mismo instante. Tomó sus cuadernos y partió hacia lo que el llama hogar. Eran las 13 horas cuando se recostó en su colchón, la luz del Sol se reflejaba en los microbuses que pasaban constantemente por la salida del departamento y le molestaba en los ojos, pero era tal su sorpresa que seguía impávido mientras sus córneas casi podían oler a quemado.

"¡¿Que mierda me pasa?!", pensaba. Su paciencia estaba constantemente siendo llevada al límite, su cordura parecía fragmentada, sus miedos multiplicados y su motivación pisoteada. "¿Qué puedes hacer cuando sientes que cada paso que das termina inexorablemente en un pedazo de mierda?", se quejaba. Siguió repitiendo esa pregunta hasta que casi se convirtió en un mantra. Hasta que quedó tatuada en cada uno de sus axones, hasta que su piel podía escribir en ella misma la pregunta. De tanto preguntarse llegó a su respuesta: "Nada. No puedes hacer absolutamente nada. Debes seguir caminando, soportando el hedor, la viscosidad tibia de cada uno de esos montecitos de pestilencia putrefacta. Aún cuando tus pies y todo tu cuerpa apeste a muerto, cada paso que das te acerca a la meta."

Y cuando por fin pudo articular este pensamiento en su último segundo de vigilia, cayó profundamente dormido. Mañana todo seguiría igual; ella no estaría con él, su puntaje no cambiaría y las luces lo seguirían persiguiendo en sueños, pero estaría un día más cerca de la meta, un día más cerca de su muerte... y a pesar de lo que nos pueda decir nuestro sentido común, para él eso es un pensamiento bastante tranquilizador. Para cuando vuelve a abrir los ojos, el farol de la esquina ilumina toda su pieza con un brillo amarillento, mientras de los parlantes suena alguna melodía bizarra de Björk....

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

I Wanna more!!!! muy bueno, me gustó bastante este capitulo, está más poetico ke los otros o es impresion mia, no lo se, pero lo amé, kiero seguir konociendo acerka de este nonidentity man, te acepté en mi correo gracias por agregarme :D bye

2:27 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Interesante.
Casi no puedo rebuscar nada en la escritura porque está todo plasmado ahí.
Creo que la palabra que se me vino a la mente en el momento en que leí lo que escribiste fue "Impresionante".
No es un alago. Es sólo la expresión de que me sorprendió la manera en que escribes. Buena imágen la de las luces en el techo de la pieza.

2:44 p. m.  

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